¡He vuelto! Después de algunos meses de descanso estoy aquí y qué mejor que empezar el primer envío del año citando a mi ídola de todos los tiempos, la gran Paquita Salas. ¿Conocés esta serie de los Javis? Yo soy fan extrema.
«Paquita Salas» trata de las desventuras de una representante de artistas que fue exitosa en los 90 y hoy está venida a menos. El mundo ha cambiado pero ella sigue igual, se entiende poco con los nuevos tiempos y sobre todo con la tecnología. La serie está filmada en formato de falso documental, tiene actuaciones magistrales y una banda sonora impecable.
Además, muchas de las situaciones desopilantes -pero no por eso menos creíbles o posibles- que viven las protagonistas están inspiradas en las propias experiencias de sus creadores y en casos reales del show business español, por eso también hay muches invitades y cameos de personas del ambiente.
Desde que me la recomendaron se volvió una de mis series preferidas, la veo entre tres y cuatro veces al año, sobre todo en épocas de bajón. Estos meses en Argentina están siendo muy tristes y difíciles, y por supuesto que volví a mirarla. Esta comedia con toques dramáticos es arte en estado puro. Es divertida, tierna y además emociona.
«Paquita Salas» es también una oda a la amistad. Las mujeres de la serie son es-pec-ta-cu-la-res. Todas ellas, incluida la protagonista, son un poco villanas y heroínas a la vez, ni tan buenas ni muy malas: son personas que viven y se equivocan. Mujeres que no paran de reinventarse, de experimentar y de probar por nuevos caminos.
Porque cuando todo parece perdido, se dan cuenta de que todavía se tienen a ellas mismas. Que las amigas están siempre y nunca te van a dejar sola. Que la vida a veces es una mierda pero también, y muchas más veces, es hermosa y absurda. Que no está mal sentirse perdida y tocar fondo, pero que siempre es mejor volver a intentarlo.
8M y los peligros de la ultraderecha
Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, miles de nosotras -mujeres cis, lesbianas, travestis, trans- saldremos a las calles de las principales ciudades de todo el mundo para renovar nuestro compromiso en la lucha por la igualdad de género.
Para este año, la ONU propuso el lema «Financiar los derechos de las mujeres para acelerar la igualdad», para destacar la importancia de invertir en los derechos y oportunidades de las mujeres como un medio efectivo para lograr la equidad de género. El aporte de las mujeres en todos los ámbitos es real e invaluable por eso es necesario “no solo reconocer, sino también respaldar financieramente sus derechos”.
En Argentina, esta movilización no es una más. Es la primera con Javier Milei como presidente, quien apenas instalado en el Gobierno activó una serie de medidas que perjudicaron directamente a las trabajadoras y trabajadores, licuaron los salarios y las jubilaciones, disolvieron los planes sociales y aumentaron los niveles de pobreza de millones de familias.
Las mujeres y personas LGBTIQ+ también estamos en la mira. Milei siempre se manifestó en contra del movimiento feminista y era sabido que iba a ir por los derechos ganados y las políticas de igualdad impulsadas en la última década. En estos tres meses, su Gobierno degradó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad a secretaría, con el correspondiente recorte presupuestario; cerró el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI); y prohibió el uso del lenguaje inclusivo y todo “todo lo referente a la perspectiva de género” en la administración pública nacional.
También se intentó -pero fracasaron- acotar el rango de acción la Ley Micaela, que establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que trabajen en la función pública en cualquiera de los tres poderes del Estado.
Además, una diputada de su partido, presentó un proyecto de ley para derogar el aborto legal. Y si bien el vocero presidencial dijo que éste no era un tema prioritario, esta semana en un discurso que brindó en la escuela donde fue alumno, Milei -además de burlarse de los desmayos de dos chiques- se refirió a “los asesinos de pañuelo verdes” y calificó al aborto como un “asesinato agravado por el vínculo”.
Meses atrás, durante su participación en Davos, el actual presidente argentino definió al feminismo como «una pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer». El feminismo, dijo, es un invento del socialismo y el cambio climático de los organismos internacionales.
Muchos de estos organismos, de los que la Argentina también forma parte, tienen entre sus objetivos de la Agenda 2030 la reducción de las brechas de género, un hecho que Milei también niega. Durante su campaña presidencial, por ejemplo, afirmó muchas veces que no hay diferencia salarial entre varones y mujeres, cuando es reconocida a nivel mundial y de hecho existen estudios locales y globales que indican que en Argentina es del 25%.
Lo que Milei también desconoce es que la brecha de género abarca mucho más que los salarios. Si tomamos como ejemplo el ámbito laboral, según un informe del Banco Mundial publicado en estos días, las mujeres gozan de menos de dos tercios de los derechos que tienen los varones. Ningún país brinda igualdad de oportunidades a las mujeres, ni siquiera las economías más ricas.
No podemos negar que con este personaje Argentina está en boca de todes y somos trending topic permanente. Pero ¿somos el trending topic que queremos?
Activismo y persecución en redes
A fines diciembre nos enteramos que la periodista feminista Luciana Peker había decidido irse del país a causa de las amenzadas, el hostigamiento y la persecución que vivía desde hacía varios meses.
“Las periodistas feministas estamos en la primera línea digital, somos personas muy expuestas en lo público y hemos sufrido amenazas y persecución. No estamos protegidas ni por el Estado ni por el mercado ni por ningún sector. También hay presiones y hay censura. Violencia ante cada cosa que escribís, que decís y para mí hace tiempo que lo digo lo pienso mucho por la escalada de violencia que viene como respuesta”, contaba Peker en una entrevista.
De todos los tipos de violencia por motivos de género, la digital es una de las que más creció en los últimos años poniendo en evidencia que las desigualdades estructurales de género que atraviesan todas las sociedades también se reproducen en los entornos digitales.
Hoy la política también se disputa en el terreno digital y Milei supo sacar partido de las redes sociales, sobre todo en Tiktok y X (ex Twitter). Desde allí consiguió llegar a las juventudes y, a través de su militancia y de un ejército de trolls, viralizar fakenews y realizar ataques a quienes piensan distinto. Entre ellos, el periodismo feminista, por ejemplo.
Las especialistas afirman que desde que se legalizó el aborto en Argentina el 30 de diciembre de 2020, aumentaron considerablemente los ataques en las redes sociales contra feministas y quienes fueron referentes en la lucha, lo que provocó menos participación.
“Este tipo de amedrentamiento y de violencia online es un tema superrelevante que hay que poner en agenda, porque el Gobierno tiene esa manera de dar su lucha en las redes que, básicamente, genera un enfrentamiento”, afirmó la directora de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski.
Con Milei también somos testigas de una misoginia y violencia de género institucional sin precedentes. Las periodistas Luisa Corradini, Silvia Mercado y María O’Donnell, entre otras, y más recientemente Lali, fueron el foco de sus insultos y descalificaciones que rápidamente se trasladaron a las redes sociales.
“Algunos medios influyentes titulan Milei Vs. Lali. ¿Cómo comparar los ataques del Presidente de la Nación con las canciones de una mujer artista?”, se pregunta Ingrid Beck. “No hay paridad en la pelea en la que, además, una de las partes implicadas sólo recibe los golpes”.
Como respuesta a todas las agresiones, Lali publicó un potente mensaje en sus redes e invitó al presidente a uno de sus conciertos.
El hostigamiento y la censura no vienen solamente de parte de un presidente o trolls, sino que también se ejercen desde las mismas corporaciones tecnológicas. A principio de marzo, Meta cerró el perfil de Instagram de la periodista y escritora española Cristina Fallarás, por "publicación de contenidos indebidos".
Desde hacía varios meses, más precisamente a raíz del escándalo por el beso sin consentimiento de Luis Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso, la periodista, a través del hashtag #SeAcabó, recibía a esa red social los relatos de mujeres sobre sus experiencias de agresiones, maltratos y todo tipo de violencias que luego compartía. "No molesto yo. Molesta la narración de las violencias machistas que sufrimos", dijo Fallarás.
Luego de varios días de denuncias hacia la red social, finalmente hoy amanecimos con la buena noticia de que le han devuelto el perfil.
La violencia de género busca disciplinarnos, aleccionarnos, deshumanizarnos. Además, las agresiones que se viven en el espacio digital tienen un efecto directo sobre el cuerpo y la mente y, en algunos casos, puede generar los mismos daños y repercusiones negativas que las otras violencias o, incluso, peores.
Luciana Peker, en la nota que te comenté más arriba, reflexiona: “Me parece que es una muestra más de algo que veníamos contando y que requiere además no solo de valentías personales, sino de organizar espacios seguros para nosotras. Creo que en Argentina se deben activar mecanismos más parecidos a lo que han hecho en Centroamérica las defensoras de derechos humanos y las organizaciones de protección feminista, de cuidado y de autocuidado que para enfrentar semejante persecución”.
Para las mujeres y disidencias de género, habitar Internet y las redes sociales implica resistir.
No vamos a retroceder.
No estamos locas, estamos hasta el coño.
Antes de despedirme te cuento que las tres temporadas de «Paquita Salas» están en Netflix. También te recomiendo los otros trabajos de los Javis: la peli La Llamada, y las series Veneno y La Mesías, estrenada en noviembre del año pasado.
Esta mañana, mientras terminaba de escribir este newsletter, el Gobierno nacional anunció el «Salón de las Mujeres» de la Casa Rosada será renombrado como Salón de los Próceres. “Que haya un Salón de las Mujeres puede ser considerado ofensivo para los hombres”, dijo el vocero presidencial, en un gesto de clara provocación.
En Rosario, la ciudad donde vivo, desde la Asamblea Lesbotransfeminista se decidió reprogramar la movilización por el #8M debido a los hechos de violencia que se vivieron en los últimos días. Así estamos. Te abrazo fuerte, que tengas un gran día de lucha ✊🏼💜
¡Muchas gracias por llegar hasta acá! Este fue el envío #75 de Siempre Cyborg Nunca Diosa.
¿Te gustaría colaborar con el proyecto? Podés compartilo con tus amigues o en tus redes sociales para que llegue a más personas, con eso me ayudás un montón. Si te llegó reenviado, podés sucribirte acá:
¡Nos leemos pronto! Un beso, Ivana.